MAGNICIDIO AMBIENTAL EN EL HUMEDAL EL GUALI DE FUNZA, MOSQUERA Y TENJO
Más de un millón de metros cúbicos de escombros han sido arrojados al Humedal El Guali de manera ilícita, afectando enormemente este ecosistema, llevando a la desaparición de muchas especies de fauna y flora propias del humedal.
Se estima que hace 30 años, el humedal tenía una extensión de 4000 hectáreas, hoy día, dicha extensión no supera las 1400 hectáreas. Con este relleno o más bien magnicidio ambiental, los terratenientes y dueños de grandes complejos industriales cuya escolta supera a la presidencial, han apropiados reservas o rondas del humedal además de rellenar para lograr llenar cada vez sus sacos de dinero.
Sumado a lo anterior, están las empresas que vierten aguas residuales, contaminadas, tratadas o negras, como las quieran denominar al Humedal El Guali, completando así la muerte súbita y clandestina del ecosistema por parte de los depredadores ambientales.
Finalmente cabe resaltar la inoperatividad y lentitud de la Corporación Autónoma Regional CAR que permitió por años el macabro atropello al humedal que puede considerarse igual o peor a los delitos cometidos por las Farc, además de las autoridades de planeación de estos municipios que concedieron sospechosamente licencias de construcción para edificar monumentales bodegas, casas, encerramientos, parqueaderos y otros más, sobre las rondas y aguas rellenadas de los humedales.
Lea nuestro Blog Jairo Veloza González y entérese aún más de esta tragedia ambiental que tiene al único ecosistema de humedales en Cundinamarca al borde de la extinción.
Más de un millón de metros cúbicos de escombros han sido arrojados al Humedal El Guali de manera ilícita, afectando enormemente este ecosistema, llevando a la desaparición de muchas especies de fauna y flora propias del humedal.
Se estima que hace 30 años, el humedal tenía una extensión de 4000 hectáreas, hoy día, dicha extensión no supera las 1400 hectáreas. Con este relleno o más bien magnicidio ambiental, los terratenientes y dueños de grandes complejos industriales cuya escolta supera a la presidencial, han apropiados reservas o rondas del humedal además de rellenar para lograr llenar cada vez sus sacos de dinero.
Sumado a lo anterior, están las empresas que vierten aguas residuales, contaminadas, tratadas o negras, como las quieran denominar al Humedal El Guali, completando así la muerte súbita y clandestina del ecosistema por parte de los depredadores ambientales.
Finalmente cabe resaltar la inoperatividad y lentitud de la Corporación Autónoma Regional CAR que permitió por años el macabro atropello al humedal que puede considerarse igual o peor a los delitos cometidos por las Farc, además de las autoridades de planeación de estos municipios que concedieron sospechosamente licencias de construcción para edificar monumentales bodegas, casas, encerramientos, parqueaderos y otros más, sobre las rondas y aguas rellenadas de los humedales.
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